De los muchos productos financieros que se pueden encontrar dentro del mundo de la economía, uno de los más desconocidos para los ciudadanos de a pie es sin duda el hecho de que los bancos también se prestan dinero entre sí como si se tratara de créditos que se conceden a clientes particulares, aunque hay algunas diferencias importantes entre estos y los que podemos obtener si nos acercamos a una oficina y pedimos un crédito.
La primera de las diferencias radica en el tipo de cliente, evidentemente se trata de dos entidades bancarias y por lo tanto los datos que pedirá la entidad prestadora a la que pide el préstamo no son los mismos que nos pediría a nosotros. Además hay que tener en cuenta que en otra ocasión puede ser quien concede el crédito la entidad que lo necesite y se lo tenga que pedir a la que lo pidió primero, de modo que se puede decir que estos créditos están concedidos de antemano, salvo por el hecho de que existen mecanismos de control que tienen que autorizar las operaciones y fijar el tipo de interés que se pagará por ello.
Otra diferencia abismas es la cantidad de dinero que se pide, evidentemente porque se habla de millones y no solo de unos miles para comprar una vivienda.